¿que interesante?
Un
ejemplo clásico del carácter Necrófilo es Adolfo Hitler, quien
estaba fascinado y obsesionado con la muerte y la destrucción. En el estudio de
caso descriptivo de Fromm (1973), Hitler surge como una personalidad narcisista
y retraída que, debido a que no podía cambiar la realidad, la falsificaba y
negaba y se empeñaba en la fantasía. La frialdad, apatía y satisfacción
inmoderada de los deseos de Hitler conducen a fracasos tempranos en la vida y
humillaciones que dieron como resultado un deseo de destruir.
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